Evangélicos tratan de evangelizar en un solo día su nacion.
31 julio, 2013 | Noticias Cristianas Maranatha
Honduras, es un pequeño país de unos 8 millones de
habitantes. Es considerado uno de los países más violentos de Centroamérica que
vive un momento político delicado. Tal vez por eso fue elegido como sede del
primer evento masivo: “Un día, una nación”. Este proyecto de evangelización,
como su nombre lo indica, tiene como objetivo llevar el Evangelio a todos los
residentes de una nación en el mismo día (20/7/2013).
Los organizadores creen que esta estrategia puede
funcionar en los otros países del continente americano. El nombre se basa en
una profecía basada en el libro de Isaías 66:8 “¿Quién oyó cosa semejante?
¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una
vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos”.
Todo Comenzó con un equipo de 2.000 misioneros que a
corto plazo se esparcieron por todo el país con un “evangelio de invasión”
durante la semana del evento. El objetivo era “saturar a Honduras con el
evangelio”.
Se invitó a todos los evangélicos en el país para unirse
a los misioneros y compartir su fe con el mayor número de personas, además de
realizar eventos en las escuelas locales y consultas médicas gratuitas.
También se transmitió un programa especial por televisión
y radio el día 20. El Gobierno declaró que el día sería un día de fiesta
nacional. Los cultos se realizaron simultáneamente el 19 en estadios, invitando
a todo el país a seguir a Jesucristo.
Aunque es difícil medir los resultados, para muchos
pastores locales, fue una respuesta a la oración.
“Este país está sufriendo”, admitió el pastor Rigoberto
Gálvez, diciendo que es el momento perfecto para llevar el mensaje. El
misionero Miguel Álvarez, que trabaja en Honduras desde hace muchos años,
estaba impresionado. “¿Es posible? Esto es un milagro que va a pasar en un
momento histórico”, dijo. “¿Una nación entera se puede salvar en un día? ¡Puedo
decir que sí, es posible!”.
El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, apoyó el evento
desde el principio. En una declaración pública, dijo: “La verdadera solución a
los problemas de Honduras es, en primer lugar, entender que es Dios quien
decide y ordena todo”.
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