Arqueólogos indagarán que comió Jesús con sus discípulos en la Santa Cena
2 Abril 2014 | Noticias Cristianas Maranatha
Dos arqueólogos italianos
llamados Generoso Urcioli y Marta Bergogno, viajarán en abril a Tel Aviv y
después a Jerusalén con el objetivo de descubrir qué comió Jesús y con sus
discípulos en la Última Cena o Santa Cena. A esta investigación se unirá la periodista
y fotógrafa Sarah Scaparone.
El estudio forma parte del
proyecto de divulgación científica “Arqueorecetas”, cuyo objetivo es justamente
reconstruir las costumbres alimenticias de las civilizaciones de la antigüedad.
“Nuestras fuentes son los
datos arqueológicos, desde la iconografía hasta el análisis del contexto
histórico y las técnicas cada vez más sofisticadas para analizar materiales,
mediante las que es posible entender cómo se preparaba un determinado alimento
en un contenedor de cerámica”, dice Generoso Urcioli.
Para costear esta
investigación, que no cuenta con financiamiento, los aventureros abrieron un
sitio para recibir fondos: www.indiegogo.com/projects/ultima-cena
En el estudio de los
arqueólogos de la comida ya hay algunas certezas: “Jesús y los suyos –recuerda
Urcioli– eran judíos y seguían la tradición. Lo cual imponía, por ejemplo, que
no pudieran comer carne de ungulados (animales como la cabra) con pezuñas, usar
el farro (un cereal)o cocer la carne en leche”.
“Otro aspecto seguro es que
aquella Jerusalén, bajo dominio romano, era una ciudad internacional, por lo
que existiría una cocina con influencias” latinas. La última certeza: “El
Cristianismo es la única religión monoteísta que no tiene prohibiciones
alimenticias”.
“Se trató de un evento
importante para la historia de la humanidad –responde Urcioli–, al cual sería
importante para la historia dar profundidad y concreción. Porque no hay nada
más concreto y cotidiano que la comida”.
Ese argumento seguramente
será suscripto por el español Felipe Fernández Armesto, quien se animó a una
tesis muy provocativa en su Historia de la Comida: que la alimentación es el
tema más importante de la historia de la humanidad, por encima de la política,
la economía o cualquier otra consideración.
En su obra, Fernández
Armesto apunta a que ningún otro tema ha estado y está tan presente en la vida
cotidiana de las personas, en cualquier época, nación, civilización o religión.
Todos tenemos que comer y nada ocupa más tiempo en el total de nuestras vidas
que procurarnos el alimento y gozarlo, cuando podemos darnos ese lujo.
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